Texto íntegro del artículo:
Los
Bancos Cooperativos o cooperativas de crédito son bancos que a diferencia del
resto de la banca convencional (bancos sociedades anónimas y cajas de ahorros),
muestran un trato preferente hacia sus socios, lo que se consigue estableciendo
un límite del 49% de sus operaciones de activo (de préstamos y créditos) con
terceros no socios. En la Comunidad Valenciana tienen una enorme tradición
histórica y surgen directamente vinculadas a la creación de las cooperativas
agrarias, industriales y de servicios. Existen tres clases diferentes de
cooperativas de crédito en función del tipo de socio-cliente al que atienden:
las cajas rurales o cooperativas de crédito agrarias, que financian a los
agricultores agrupados en cooperativas agrarias; las cooperativas de crédito
populares, que atienden a otras cooperativas industriales y de servicios; y las
cooperativas de crédito profesionales, que son bancos creados exclusivamente al
servicio de sus socios profesionales liberales (arquitectos, ingenieros y
abogados, principalmente). Se puede deducir, por tanto, que originalmente las
cooperativas de crédito son bancos socialmente responsables que siguen un
modelo de banca local y de proximidad. Se trata de una banca de proximidad
porque está creada para atender las necesidades concretas de sus socios
(particulares y empresas, generalmente cooperativas) y es también una banca
local por centrar su actividad en un municipio determinado. Las dos
características apuntadas garantizan su carácter de banca socialmente responsable.
La
cuestión que debemos plantearnos es si la conducta social de las cooperativas
de crédito y su carácter de empresa socialmente responsable se ha visto
afectado por las medidas tomadas ante la crisis financiera y económica. La
crisis financiera ha producido una reestructuración importante de la banca: la
casi totalidad de las cajas de ahorros se han transformado en bancos privados,
una parte de los nuevos bancos creados como consecuencia de las fusiones de las
cajas de ahorros están intervenidos y los cinco grandes bancos han incrementado
su poder dentro del sector. Pero, ¿qué ha pasado con las cooperativas de
crédito?. Una parte importante de estas han ido desvinculándose de sus orígenes
sociales y locales debido a: la diversificación de sus operaciones financieras
hacia sectores distintos al cooperativista y la realización de fusiones
bancarias. La diversificación ha supuesto incluso, en determinados casos,
abandonar una parte de sus clientes tradicionales. Hay cajas rurales que
incluso han contribuido también a la generación de la burbuja inmobiliaria,
acumulando un exceso de activos procedentes del sector de la construcción. Esta
diversificación del negocio bancario de las cooperativas de crédito ha supuesto
su “bancarización”, abandonando en gran parte su carácter de banca socialmente
responsable. Por otra parte, las fusiones bancarias se han producido con
intensidad en el subsector de las cooperativas de crédito, de manera que su
número ha ido reduciéndose constantemente y, lo que es peor, con el aumento de
tamaño producido por las fusiones, se ha ido abandonando el carácter local y de
proximidad de estas entidades. En definitiva, la bancarización de las
cooperativas de crédito y las numerosas fusiones llevadas a cabo entre ellas,
ha supuesto un revés significativo para la banca socialmente responsable en
España.
Sin
embargo, al igual que aún sobrevive alguna caja de ahorros vinculada al
territorio, también quedan bancos cooperativos socialmente responsables en la Comunidad
Valenciana. Son bancos que mantienen un carácter de proximidad y siguen
financiando las actividades de otras cooperativas y de sus socios. Además,
algunas de estas entidades están llevando también a cabo actividades propias de
la banca ética, ofreciendo productos de pasivo (cuentas corrientes y de
depósitos) de los que una parte de los rendimientos obtenidos por ellos (tipos
de interés) se destinan a organizaciones sin ánimo de lucro. También ofrecen
microcréditos (pequeños préstamos sin avales para emprendedores) y colaboran en
la financiación de empresas de la Economía Social agrupadas en redes. Si de
verdad queremos un modelo de banca socialmente responsable, hemos de mantener
el carácter de proximidad de la banca cooperativa, apoyando aquellas
cooperativas de crédito que siguen apostando por este modelo de banca local y
social.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada